Sobre un sesgo sistemático y genérico [sic]
Por Alejandro Cárdenas-Avendaño
Programa de Matemática
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
“En astronomía, aunque han sido muchas las mujeres que han participado, la mayoría han sido invisibilizadas”
Silvia Torres-Peimbert
Segunda mujer en llegar al cargo más alto de la Unión Astronómica Internacional, organización internacional en la que solamente el %16,9 de sus miembros son mujeres.
El Día Libre de las Mujeres ocurrió el 24 de octubre de 1975 en Islandia y ha sido, sin duda alguna, un evento de importancia histórica que proporcionó más momento a un cambio, desafortunadamente lento, en la mentalidad general que ha acompañado a la humanidad desde sus inicios. ¿Qué ocurrió ese día en Islandia? Para hacer una historia larga corta diré: nada; ya que aproximadamente el 90% de sus mujeres protestaron y en vez de ir al trabajo, o dedicarse a las labores del hogar, marcharon por las calles en busca de igualdad de género. Me explico más. Bajo un principio simple de aleatoriedad, la razón hombre-mujer tiene que ser muy cercana al 1:1, así que si el 90% de las mujeres no hicieran nada por un día, mi hipótesis es que ese día, la humanidad no haría nada. No se puede hacer nada.
Mi atención volvió a este fenómeno tácito cuando recientemente leí un par de preprints en el ArXiv al respecto. Solamente mencionaré dos, referencias [1] y [2], e invito a la persona interesada a revisar las referencias presentadas allí, además de dejarse asombrar por un hermoso libro ilustrado reciente [3] y una reciente charla Ted [4] al respecto pero en el campo de la política y donde escuché por primera vez el evento islándico mencionado anteriormente.
La referencia [1] presenta los resultados de un análisis estadístico exhaustivo de un fenómeno sistemático de género en el proceso de asignación de tiempo en la Organización Europea para la Observación Astronómica en el Hemisferio Austral (European Southern Observatory (ESO)). Las propuestas presentadas por una mujer como investigadora principal muestran una probabilidad significativamente menor de asignación de tiempo. Además, la tasa de éxito de las propuestas (definidas como el número de asignaciones con prioridad alta por encima de las asignaciones solicitadas) son 16,0 ± 0,6% y 22,0 ± 0,4% para las mujeres y los hombres, respectivamente.
Los autores argumentan que en gran medida, la disparidad está relacionada con diferentes distribuciones de insumos en términos de nivel que está la personas en la carrera. De esta manera, la antigüedad de los investigadores principales masculinos es significativamente mayor que la de las investigadoras principales femeninas, mientras que sólo el 34% de las investigadoras principales femeninas son astrónomas profesionales (frente al 53% de los investigadoras principales masculinos). Se mide un comportamiento pequeño, pero estadísticamente significativo, dependiente del género en los árbitros del comité de programas de observación: ambos sexos muestran la misma sistemática, pero son más grandes para los hombres que para las mujeres.
El segundo preprint, Referencia [2], afirma que los trabajos escritos por mujeres reciben un 10,4 ± 0,9% menos citas de lo que se esperaría si los artículos con las mismas propiedades no específicas de género fueran escritos por autores masculinos. Además, también reportan que las mujeres en su muestra tienden a auto-citarse más, pero que este efecto desaparece cuando se controlan las variables no específicas de género.
De hecho, en ambientes que no se espera que ocurra tan fuerte este fenómeno ocurre. Me refiero en las ciencia duras, en donde lo más importante son conceptos abstractos y tanto hombres como mujeres, estamos diseñados para gestar lo abstracto y la creatividad…De hecho, me resulta extraordinario que, por ejemplo, una Medalla Fields, el mayor honor en el campo de la matemática, se lo haya ganado solamente una vez una mujer y además, solamente hasta en la última versión del premio.
Entonces, ¿qué pasaría si por un día el 90% de las mujeres en ciencia no trabajaran? Difícil pregunta, ¿no? Este fenómeno me resulta de vital importancia y relevancia ya que demuestra que nuestra sociedad, en general, está fragmentada y corroída. No es rocket science, o algo nuevo, pero las mujeres no tienen entonces las mismas oportunidades y la injusticia sigue campante, pero presente en la cabeza de tod@s y las acciones pocas y miopes. La ciencia es una compañía colectiva y entre más cerebros estén pensando en grandes preguntas más fácil y mejor podremos avanzar. Mi deseo es ver una razón 1:1 en todo.
Referencias
- Patat, F. “Gender Systematics in Telescope Time Allocation at ESO”, arXiv:1610.00920 [physics.soc-ph]
- Caplar N., Tacchella S., Birrer S., “Quantitative Evaluation of Gender Bias in Astronomical Publications from Citation Counts”, arXiv:1610.08984 [astro-ph.IM].
- Ignotofsky, R. “Women in Science: 50 Fearless Pioneers Who Changed the World”, Ten Speed Press; Gift edition, 2016.
- Tómasdóttir, H. (2016, October). Halla Tómasdóttir: It's time for women to run for office. [Video file]. Retrieved from http://www.ted.com/talks/halla_tomasdottir_it_s_time_for_women_to_run_for_office