Por Julián Jiménez.
Los seres humanos estamos en permanente contacto con diversas formas de vida presentes en nuestro entorno: desde todas las personas que nos encontramos diariamente hasta algunos animales y plantas que pueblan nuestras ciudades. Sin embargo, hay otro tipo de seres vivos a los cuales no estamos tan acostumbrados, como las bacterias y los microorganismos que, a pesar de ser prácticamente imperceptibles, nos sobrepasan de amplia manera en número. Quizá es difícil relacionarse con un organismo que no podemos sentir en la mayoría de ocasiones y que no es capaz de manifestarse a nuestra escala, pero quizá sea necesario empezar a acostumbrarse a darle importancia a estos seres no solo con miras a una mejor diversidad biológica, sino porque quizá en el futuro, en el cual los humanos podamos viajar libremente por el sistema solar, o siendo muy optimistas, por la Vía Láctea, debamos fijarnos en las pequeñas cosas para descubrir vida o probablemente inteligencia en los sitios más inesperados.

Figura 1: Dentritas neuronales, sistema análogo a las bacterias conectadas con nanocables entre sí en el océano. Figura tomada de https://d2r55xnwy6nx47.cloudfront.net/uploads/2020/01/Neuron_2880x1220_Lede_HPA.jpg