Por: Edwin Gonzales
El espacio, un lugar majestuoso en todo el sentido de la palabra, un lugar que conmueve a cada persona en el mundo y que hace que todo el mundo por una vez en la vida mire hacia arriba y se pregunte: ¿qué es este mundo y qué se esconde entre las galaxias? Respuestas que no lograremos obtener nunca, pero que llenan el alma de cada persona para seguir indagando sobre los secretos del cosmos.
Tal vez, esto motivó a los científicos Walter Baade y Fritz Zwicky a formular la hipótesis en el año 1934 sobre la existencia de estrellas de neutrones (aunque todavía en ese tiempo no contaban con este nombre), pero no recibieron la atención que se merecían, ya que no existían objetos conocidos a los cuales se pudiera asociar una estrella de neutrones. [1]
Pero en 1967, los científicos Jocely Bell y Antony Hewish descubrieron los pulsares y más adelante fueron asociados a estrellas de neutrones por Thomas Gold en 1968, con la explicación de que los intensos campos magnéticos estimados para las estrellas de neutrones podían dar cuenta de la estabilidad de los pulsos recibidos. [2]
Ya para irnos a temas más técnicos, una estrella de neutrones es el resultante de una supernova. Tras esta explosión, las capas exteriores de una estrella salen despedidas al espacio, permaneciendo el núcleo pero sin volver a producir fusión nuclear. Sin presión exterior de la fusión para contrarrestar el empuje interior de la gravedad, la estrella se condensa y se colapsa. [3] Su diámetro es de aproximadamente 20 km, es pequeña pero su masa puede llegar a ser 1,5 veces mayor a la del Sol, lo cual implica una densidad varias veces mayor a la de un núcleo atómico (102 g/cm3) esto causa que los protones y electrones se combinen en neutrones, todavía sigue siendo desconocido de qué se componen los núcleos de las estrellas de neutrones pero puede que sean un superfluido de neutrones o incluso algún estado de la materia que todavía no se ha descubierto.
Imagen 1: El modelo interno de una estrella de neutrones (Wikipedia)
Un fragmento de estrella de neutrones del tamaño de un terrón de azúcar contiene la misma cantidad de masa que toda la población humana, o lo que es lo mismo, un trozo del tamaño de una cabeza de alfiler pesaría un millón de toneladas.
Imagen 2: Recreación artística de una estrella de neutrones (Flickr) [4]
Si nuestro Sol consiguiera aplastarse hasta adquirir la densidad de una estrella de neutrones, ocuparía el mismo volumen que el Everest, aunque generaría un desastre por su gravedad pero, ¿qué nos cuesta imaginar?
Imagen 3: Recreación estrella de neutrones en el planeta [5]
La dilatación temporal gravitatoria provoca que el tiempo en la superficie de una estrella de neutrones transcurra un 30% más despacio que en la Tierra.
Un ser humano que se dejase caer hacia la superficie de una estrella de neutrones generaría una explosión con una energía de 200 megatones, ya que las estrellas de neutrones son muy inestables, y cualquier perturbación en su campo podría causar que explotaran.
Las estrellas de neutrones que rotan a gran velocidad y emiten pulsos de radiación se llaman púlsares. El púlsar más rápido conocido, llamado es el PSR J1748-2446AD, gira a 43.000 veces por minuto. Los púlsares mantienen un pulso con más precisión que un reloj atómico.
El púlsar B1508+55 se creó en la constelación del Cisne, pero actualmente se escapa de la Vía Láctea a casi 1.100 km/s, una velocidad 150 veces superior a la de un transbordador espacial en órbita. Es una de los pulsares que se han podido registrar en movimiento, aunque se espera que en algún momento de su vida sea detenido por otro objeto con la misma masa. [6]
La gravedad en la superficie de una estrella enana blanca es 100.000 veces más fuerte que en la superficie de la Tierra. Esta fuerza gravitatoria es particularmente impresionante dado el pequeño tamaño de la estrella.
Este campo gravitatorio también distorsiona la luz de acuerdo con la Relatividad General de Einstein, por lo que, si pudiésemos viajar cerca de una estrella de neutrones, podríamos ser capaces de ver sus dos polos al mismo tiempo, aunque estuviésemos sobre el ecuador de la estrella.
Se pensaba que las estrellas de neutrones eran posibles señales de los alienígenas, por los pulsos que captaban los astrónomos en el año 1967, aunque fue solo una broma entre ellos, ya con el descubrimiento de la estrella PSR B1919 + 21, pudieron estudiar sus pulsaciones desde la distancia. A su vez, el descubrimiento de estas estrellas puede colaborar con la expedición espacial, ya que se podrían tomar como faros espaciales, para tener una guía de sus rutas.
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Estrella_de_neutrones
[3] https://www.nationalgeographic.es/espacio/estrellas-de-neutrones
[5] http://innovacionespacial.blogspot.com/2017/05/las-estrellas-neutronicas-son-extranas.html